El pronóstico de producción acuícola para la región de América Latina vuelve a contar, este año, la misma historia conocida que hemos observado en años recientes: impactos de diversas fuentes externas, aprendiendo a adaptarnos a ellos y muchas pruebas de la resistencia de los agricultores y sus comunidades.
En particular, la industria comercial de la tilapia en el continente se enfrenta a nuevos desafíos con impactos de enfermedades. Países como Colombia y México han sufrido importantes impactos y mortalidades. En este último país, los efectos combinados de la sequía extrema en los estados del Pacífico sur en el primer semestre del año han tenido enormes repercusiones para la acuicultura en jaulas comerciales. Muchos agricultores han cerrado sus operaciones y el balance al final del año no parece ser favorable en este momento.
En cualquier caso, esto nos recuerda los crecientes riesgos inherentes en la acuicultura y la obligación de una planificación multiactor de las operaciones (gobiernos, industria, academia) en consecuencia. La sostenibilidad de la acuicultura se está poniendo a prueba de verdad, y solo acciones conjuntas y compromisos de los diferentes agentes económicos involucrados en la cadena de valor traerán soluciones reales. Esto ocurre en un momento en el que el mundo está discutiendo la transformación de los sistemas agroalimentarios para cumplir simultáneamente con los objetivos ambientales, de salud y alimentación, mientras se cuida de las comunidades rurales y las personas en situación de pobreza y hambre. En el centro de esta transformación está la necesidad de mejorar la seguridad alimentaria, la nutrición y la resiliencia ante las crisis mediante un aumento de la productividad acuícola y los ingresos de los hogares de los agricultores. Esto se convierte en un gran desafío para los acuicultores de pequeña y mediana escala, así como para aquellos que crían peces para su propio consumo. Debemos discutir seriamente cómo implementar de manera eficiente sistemas acuícolas que sean positivos para la naturaleza, sensibles a la nutrición y resistentes al clima, de todos los tamaños.
A principios de junio, tuvo lugar la Conferencia de Alto Nivel sobre Seguridad Alimentaria Mundial en la FAO en Roma. La acuicultura fue uno de los temas de la conferencia, aunque no tan prominente como podríamos desear, dada su relevancia para la seguridad alimentaria en el mundo. Los sistemas alimentarios volverán a ser prominentes en la Agenda Internacional, con la inversión y la productividad convirtiéndose en factores críticos. Hubo consenso al final de la conferencia sobre la necesidad urgente de ayudar a los países en desarrollo y en transición a expandir la agricultura y la producción de alimentos, así como a aumentar la inversión, la agroindustria y el desarrollo rural. Esto se traduce y coincide fácilmente con los objetivos de la acuicultura mundial.
En este contexto, nuestro próximo Congreso LACQUA 2024, que se llevará a cabo en Medellín, Colombia, será una excelente oportunidad para discutir juntos estos nuevos desafíos y unirnos como región para encontrar soluciones. Nuestras conferencias de la Sociedad Mundial de Acuicultura (WAS) son una excelente combinación de trabajo académico y sesiones y perspectivas de la industria. Organizaremos el evento, convocando a la interacción entre gobiernos e industria a través de sesiones especiales sobre temas importantes, para lograr avances en estos asuntos fundamentales. La financiación sigue siendo crítica y limita las operaciones en las empresas acuícolas de pequeña y mediana escala. Sin embargo, se han visto pocos avances en este tema. Nuevamente, estableceremos la mesa en nuestro Congreso LACQUA 24 para reunir a las voces principales de los interesados en discusiones y compromisos para la acción.
¡Esperamos verlos a todos en Medellín, Colombia, del 24 al 27 de septiembre en LACQUA 2024!
— Francisco Javier Martínez Cordero, Presidente