La acuicultura ha demostrado ser una alternativa viable y sostenible para satisfacer la creciente demanda mundial de alimentos. En Colombia, este sector se ha posicionado como una actividad de valor estratégico, impulsando el desarrollo socioeconómico a escala regional y local. En este contexto, el departamento de Arauca se ha destacado por un crecimiento en aptitud piscícola, fomentando esta actividad dentro de la agricultura campesina, familiar, étnica y comunitaria (ACFEC), con la finalidad de proporcionar un sustento sólido y garantizar la soberanía y seguridad alimentaria de la población. Sin embargo, es necesario desarrollar las capacidades adecuadas y asegurar una transición efectiva de las comunidades pesqueras hacia la actividad productiva.
Los acuicultores de la región de Arauca enfrentan numerosos desafíos, tales como baja productividad y falta de conocimiento en Buenas Prácticas de Producción Acuícola – BPPA. Con el objetivo de abordar estas dificultades y mejorar las capacidades que fomenten la sostenibilidad, la productividad, la mitigación de impactos ambientales y el bienestar animal y social, se implementaron ocho (8) jornadas de apropiación del conocimiento piscícola.
En el marco del proyecto “Arauca Acuícola I+D” que buscó fortalecer a los acuicultores pequeños y de subsistencia en los municipios de Arauca, Arauquita, Fortul, Saravena y Tame, se abordaron siete módulos fundamentales: (1) Formalización, (2) Salud y bienestar, (3) Inocuidad alimentaria, (4) Bioseguridad y bienestar animal, (5) Medio ambiente, (6) Comunidad, y (7) Trazabilidad. Estas jornadas se llevaron a cabo entre junio de 2022 y agosto de 2024, utilizando la estrategia de una educación itinerante con un enfoque teórico-práctico basado en la metodología aprender haciendo. Se visitaron los respectivos municipios para ofrecer actividades pedagógicas directamente en el lugar, adaptando el aprendizaje a las necesidades y contextos locales. A lo largo de las 8 jornadas se vincularon más de 470 personas en las diferentes sesiones, fluctuando entre asistencias con desde 70 hasta 214 personas (figura 1).
Como resultado, se evidenció que el modelo educativo obtuvo una recepción positiva, resultando en una alta participación y compromiso por parte de los productores. Al menos el 40% de los participantes asistió a más de una jornada, destacando el interés y la utilidad de los conocimientos adquiridos. Los talleres prácticos y el acompañamiento por profesionales expertos permitieron a los participantes adquirir habilidades relevantes, lo que se tradujo en una mejora significativa en sus prácticas de cultivo.
Estas jornadas se constituyen como un catalizador de cambio en las comunidades piscícolas de Arauca al llevar el conocimiento directamente a campo, empoderando a los productores, proporcionándoles las herramientas necesarias para mejorar sus prácticas y aumentar su productividad generando una acuicultura sostenible, convirtiéndose en agentes activos de su propio desarrollo, demostrando que la educación es la clave para transformar.