Las plantas acuáticas están emergiendo como potenciales fitorremediadores en la industria acuícola. Su capacidad para adaptarse y crecer en diversas concentraciones de contaminantes orgánicos e inorgánicos, metales, cloruros, pesticidas y antibióticos, sugiere que podrían ser utilizadas para tratar aguas residuales, haciéndolas aptas para la producción pecuaria, incluida la acuicultura. Asimismo, podrían contribuir a la biorremediación de efluentes generados por la acuicultura antes de ser vertidos en ríos, previniendo la eutrofización debido a altas concentraciones de carga orgánica y amoniaco.
La Cruz Roja Colombiana, a través de la línea de iniciativas locales, implementó un sistema acuapónico en 2023 utilizando plantas acuáticas para depurar los compuestos de amoniaco generados por un cultivo de tilapia roja en la institución educativa Concentración de Desarrollo Rural en el departamento de Arauca, municipio de Saravena, bajo el nombre de “Acuaponía: Espacios de inclusión y empoderamiento de las familias en su seguridad alimentaria”. El diseño acuapónico sustituyó los cultivos de plantas terrestres por especies como Lemna minor, Azolla spp, Salvinia spp, Limnocharis flava, entre otras macrófitas, para permitir la recirculación del agua y evitar que las concentraciones de amoniaco llegaran a niveles tóxicos para el cultivo de tilapia. Las tres primeras plantas mencionadas también se utilizaron como alimento complementario en la dieta de los peces debido a su alto contenido proteinico.
El diseño consistió en dos tanques australianos de 18 m3 cada uno y para el biofiltrado un volumen total de 10 m3, el cual está distribuido en ocho tanques de mil y dos mil litros utilizados como sedimentadores y filtradores biológicos encargados de la nitrificación del nitrógeno amoniacal total, llevada a cabo tanto por bacterias como por la absorción del amoniaco realizada por las macrófitas.
El sistema acuapónico comenzó con una densidad de siembra de 25 peces por m3 en agosto de 2023 y se llevó a cabo la cosecha en marzo del siguiente año. Durante todo el periodo de cultivo, no se realizaron recambios de agua, lo que demostró que las concentraciones de amoniaco se mantuvieron dentro de los límites permitidos.