La acuicultura se ha convertido en una de las industrias de más rápido crecimiento (Tabassum et al., 2021), lo cual ha llevado a un cambio en las prácticas acuícolas, pasando de sistemas extensivos a sistemas semi-intensivos e intensivos, así como el incremento en el uso generalizado de agroinsumos para combatir problemas relacionados con la salud de los peces.
Dentro del escenario mundial de la acuicultura, la piscicultura se destaca como un medio potencial de producción de alimentos. La tilapia (Oreochromis sp.) es considerada a nivel mundial una de las especies acuícolas con mayor importancia, sin embargo varios de los componentes dentro de la dieta de éstas dificultan su proceso de digestión, por esta razón en la actualidad la adición de probióticos en la nutrición de la tilapia ha conducido a la mejora del rendimiento de su crecimiento (Abdel-Ghany et al., 2020).
La disminución de la producción relacionada con patógenos, déficit de absorción y mayor deposiciones de residuos orgánicos en fondos son las causas más comunes que generan pérdidas económicas en la piscicultura (Mugwanya et al., 2022). En los últimos años se han llevado a cabo investigaciones sobre métodos para mejorar el rendimiento zootécnico y la resistencia a enfermedades de los animales acuáticos. Entre estos métodos alternativos se encuentran los probióticos (Santos et al., 2023).
Desde el enfoque agroindustrial se desarrolló un protocolo de administración de alimento probiótico para juveniles de tilapia roja Oreochromis sp, llevándose a cabo una prueba de alimentación con especímenes de tilapia roja de peso promedio inicial de 10 g, durante 54 días en sistema RAS, en donde los peces alimentados con probióticos tuvieron un factor de conversión alimenticia mayor con respecto al grupo control. Adicionalmente se encontró un impacto sobre la producción de residual de materia orgánica, teniendo como resultado menor producción de estos en los tanques donde los peces estaban siendo alimentados con alimento probióticos.