La producción de algas corresponde al 30 % de la acuicultura mundial, el 97% de las algas producidas proviene de la acuicultura y solo el 3% de la extracción; siendo los principales países productores China (58 %), Indonesia (27 %) y la República de Corea (5 %). En los últimos 10 años se ha triplicado la producción de estos recursos de 10.596 a 36.000 millones de toneladas de algas (Figura 1) equivaliéndole a 16 500 millones de USD y a 31 especies.
La producción de macroalgas en Latinoamérica hasta el 2016 ha sido de 373 mil toneladas, proviniendo esta de la extracción de las praderas naturas (97%) y ejerciéndose presión extractiva sobre 10 especies. Situación similar se vive en el Perú, donde hay evidencia de la disminución de la biomasa en los bancos naturales de Gracilariopsis lemaneiformis, Chondracanthus chamissoi, Mazzaella canaliculata, Macrocystis pyrifera y Lessonia berteroana. Esto se puede evidenciar con datos del PRODUCE quien indica que en los últimos 10 años se ha triplicado la extracción siendo está en el 2010 de 4368 y en 2022 50826 T, de los cuales el 97% se exporta en estado seco y el 3% se consume internamente en estado fresco. Debido a esto se vienen desarrollando diversos estudios sobre las macroalgas mencionadas para desarrollar biotécnicas de cultivo. Nuestras investigaciones han establecido; la producción de plántulas vía esporas, las cuales se fijan en sustratos artificiales, y por implantes vegetativos. En ambos casos, las siembras en el mar se realizan en dos sistemas de cultivo, uno en líneas de cultivo suspendido y otro en semifondo en sistemas que le hemos denominado “arboles”. Para el caso de las algas rojas se obtienen producciones de 1200 k al cabo de 3 meses de haber sido sembrados a partir de un inoculo de 40 g. Las tasas de crecimiento para algas pardas aún se vienen evaluando en el mar. Se espera que en los próximos años el cultivo de macroalgas en el Perú sea una actividad económica que permita el desarrollo de una actividad económica sostenida a partir de la producción de plántulas/semillas de procedentes de laboratorios, mejoramiento de los cultivos a través de selección artificial, y constante monitoreo de enfermedades que puedan aparecer a medida que se da la expansión de esta actividad. Por otro lado, existe una tendencia en el incremento de investigaciones que están relacionadas a darle valor agregado como aditivos alimentarios en humanos y animales, como biofertilizantes y bioestimulantes de crecimiento vegetal; sus usos en el combate de los canceres de mamas, estómago y útero, entre otros.