Estreptococosis es la principal enfermedad de origen bacteriano que afecta el cultivo de tilapia globalmente. En los países de Latino Améica (LATAM), los patógenos Streptococcus agalactiae serotipo Ib y Streptococcus iniae son endémicos y fueron los más importantes hasta hace poco tiempo. Hoy en día, nuevas cepas de Streptococcus y cocos Gram-positivos han surgido en diferentes países y han tenido un impacto significativo (Leal, 2022). Las primeras vacunas comerciales usadas en tilapia para prevención de estreptococosis, en LATAM, fueron de inmersión y orales; las cuales solo incluían dos antígenos Lactococcus garviaea y Streptococcus iniae, los resultados no fueron satisfactorios.
La primera vacuna comercial aplicada vía intraperitoneal en tilapia, a nivel comercial, fue contra Streptococcus agalactiae serotipo Ib en Brasil y Honduras en el año 2010 y 2011 respectivamente (Zanolo,2011). Desde el año 2012 han aparecido nuevas cepas de Streptococcus en la región, lo cual ha impulsado a la oferta de nuevas vacunas comerciales multi antígenos. La implementación de vacunación intraperitoneal en la región ha crecido progresivamente, reportándose la aplicación de 340 millones de dosis en el FY 2022. En el mismo sentido, la oferta de autovacunas ha tomado auge en Brasil y en otros países de la región, donde la regulación sanitaria permite su uso.
El productor de tilapia debe incrementar estrategias sanitarias, tales como: multi-sitios y descansos de zonas de producción, exclusión de peces portadores y evitar su ingreso a los sitios de producción, vacunación estratégica como inversión y no gasto. En el mismo sentido, el productor requiere soluciones que faciliten una primo protección, como vacunas orales e inmersión. En la misma forma, el desarrollo de vacunas antivirales. El modelo salmón tiene validez en el aspecto sanitario, productivo y en incrementar el valor de la tilapia.