Nunca hemos estado tan sujetos a cambios climatológicos en el periodo de la era moderna como en nuestros tiempos. Desde el año 2005 se han suscitado cambios relevantes en materia de variación climática como altas temperaturas y huracanes simultáneos a nivel mundial. Esto ha comprometido seriamente la seguridad alimentaria exigiendo una visión de futuro en los sistemas de producción acuícola, priorizando la necesidad a ser más resiliente a dichos cambios, lo que deriva en una búsqueda de indicadores de resiliencia acuícola a nivel ambiental y socio-económico en las unidades de producción, para garantizar la capacidad de recuperación después de un shock, ya sea de tipo antropogénico o natural. En términos ecológicos, la resiliencia está referida a la capacidad que tiene un sistema para enfrentar y acomodarse a factores perturbadores manteniendo sus funciones pese a las alteraciones.
En esta investigación se evaluaron 10 unidades de producción acuícola, en un periodo espacio temporal de diez años, considerando 5 indicadores de resiliencia ambiental que se involucran en la producción, determinado en base a ellos dos categorías: nivel de resiliencia y factor de riesgo ambiental. Ambos son vitales para la acuicultura de futuro y para sobreponerse a los efectos inminentes del cambio climático.
Basadados en el modelo PER (Presión, Estado, Respuesta), mediante herramientas de teledetección, en base a los siguientes indicadores: 1.-Ubicación geográfica de la unidad productiva, 2.- Altura sobre el nivel del mar, 3.-Distancia más próxima a un cuerpo de agua, 4.-Nivel de producción en toneladas anuales, 5.- Perímetro total de la unidad productiva (autoconsumo/empresarial). Con base a estos indicadores, se determinó la categoría de resiliencia que ostenta cada unidad de producción, las cuales están divididas en: (Factor I Nivel de Resiliencia I-A), (Factor II Nivel de Resiliencia II-B), (Factor III Nivel de Resiliencia III-C). En conclusión, la resiliencia es vital para los agroecosistemas, pues las alteraciones en el medio ambiente siempre están presentes, por lo cual debemos adaptar la producción acuícola a la aplicación de una visión más holística, donde se gesta la base de una acuicultura resiliente de fututo y se refuerza la toma de conciencia a la adaptación frente a escenarios adversos.